Viajamos a Medellín y a este bello festival, donde tenemos la oportunidad de compartir escena con nuestros amigos del Taller de Teatro Jaulabierta, Bucaramanga representada con una obra de calle y una obra de sala.
El escenario del Pequeño Teatro de Medellín es encantador, y el equipo humano igualmente.
Es interesante observarnos como grupo en la medida que transcurren las funciones. Todo tiene una dinámica propia, de encuentros o desencuentros, en este organismo vivo que suma cuando logramos verlo en toda su fluidez y funcionamiento y, otras veces, se ralentiza y aplaca su fuerza, si permitimos que nuestras propias debilidades le gobiernen.
Estas reflexiones van naciendo en la medida que corre el reloj y se desgrana el número de funciones, y sobre todo, la experiencia de viaje que es tan reveladora, pues en ella todo convive y se desnuda en su esencia: las cercanías o las distancias, los diferentes sentires. Belleza de claroscuros.
Es asombroso que un momento tan esperado como nuestro viaje a México venga acompasado por mareas que parecieran negar el vuelo, pero esta confrontación pone a prueba el espíritu creador, que ha de estar más allá de la pretensión profesional del cumplimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario