14 de septiembre:
Los minutos previos al ensayo permiten reconocernos en otras instancias creativas: Walter comparte sus nuevos estampados y habla de los dibujos de animales que viene explorando. Atilio habla de cine -las películas le brotan por los ojos-, cuántos tesoros fílmicos nos quiere compartir. Claudia escucha y, entre todos organizan el espacio. Diana se suma y justo en el instante en que inicia el training llega Helga.
El training de hoy parte de un trote por todo el espacio que va disminuyendo intensidad hasta volverse una caminata a la que debemos incorporar focos, un punto de llegada con desequilibrio y, cambios de ritmo. De igual forma ejercicios de respiración para disponer la voz. Uno de ellos nace del yoga, "el yoga del actor" del que hablara Grotowski. Es un ejercicio sinestésico puesto que, tenemos que conectar como grupo a partir del movimiento y de la respiración, -inhalar profundamente mientras la columna vertebral se elonga y exhalar de regreso con la emisión de un sonido-.
Enseguida Atilio ubica en el espacio 3 sillas, un recogedor, dos escobas, pide que nos sentemos quienes no vayamos a trabajar y que pase adelante quien esté dispuesto a realizar una improvisación a partir de una situación. Claudia "se lanza al agua". La idea es la siguiente: La mujer va al encuentro de su esposo o de su hijo, un ser muy querido que hace años no ve, cuando abre la puerta se da cuenta que es una trampa, una celada para matarla y, muy seguramente hacer lo mismo con su esposo, o su hijo, ¿qué haría esta mujer ante la sorpresa para no ser descubierta y quedar a salvo?
Claudia intenta expresar la ansiedad de la espera , el deseo de ir al encuentro, corre hasta la puerta y se detiene justo antes de tomar el pomo, finalmente abre la puerta y, "queda en blanco" -literalmente-, es decir, no sabe qué hacer y, resuelve mirar de frente y decir: rojo, es rojo. Sabe que el ejercicio ha sido un fiasco y lo comprueba cuando Atilio dice: Te mataron, estás muerta.
Helga se estira la camisa, se dirige hacia la puerta, titubea, se decide, abre y grita. Atilio dice: Te mataron también.
Diana acicala su trenza, se dirige hacia la puerta con aparente ansiedad, abre y empieza a toser y solicita que le den una pastilla. Atilio: Todas muertas.
Walter expresa en su rostro cierta preocupación, camina como si llevara una dirección en la mano e intenta reconocer algún local, lo ubica y, se dirige a la puerta, abre el pomo, frena y camina directamente al lugar donde están el recogedor y las escobas, toma los objetos, se devuelve y sale por donde entró. Atilio dice: casi, -como si quisiera decir, estás herido pero no muerto-. Y añade: si tomas los objetos y sigues caminando hacia otro sitio interior tendría más sentido.
Con bochorno general reconocemos la importancia de la lógica de las acciones en la escena. Y aplaudimos la resolución de Walter por ser la más genuina y verdadera. Atilio dice que es un ejercicio elemental del teatro de Artaud en el que se valoran tanto la imaginación como la naturalidad, -dos elementos clave en la escena-. Diana dice: ¡debí confiar en mi!, por un momento pensé en barrer. Claudia y Helga se ríen de sí mismas. Claudia dice: ¡patético, lo peor es que observé cuando dispuso los objetos!
Atilio concluye, cuando hay un alfiler en el escenario es por algo, hay que pincharse. Como el arma de Chéjov, un principio daramático que postula que cada elemento en la narración debe ser necesario e irremplazable, o de lo contrario debe ser eliminado. "Elimina todo lo que no tenga relevancia en la historia. Si dijiste en
el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el
segundo o tercero este debe ser descolgado inevitablemente. Si no va a
ser disparado, no debería haber sido puesto ahí".
El ejercicio nos deja "cabezonas"...
Luego, nos sentamos y continuamos la lectura en voz alta de "La voz que viene del agua", Walter quiere aclarar a qué se refiere una mención que hace un personaje. Claudia comparte su percepción que de alguna manera guarda relación pero, no logra ubicarla del todo. Atilio aclara que es una insinuación y, enseguida se revela la escena. Walter habla de la improvisación del día anterior y del personaje que quiso introducir, lo que nos lleva a especular sobre aquello que lo mueve.
Atilio vuelve a dibujar cómo concibe el primer momento de la obra. Directrices de la historia, los hilos dramatúrgicos por los que ésta se moverá
El tiempo es un soplo. Mañana continuaremos.
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